El sector decide establecer una veda para el pulpo de seis semanas. Desde el 18 de mayo y hasta el 2 de julio no se podrá capturar este cefalópodo y no estará presente en las lonjas gallegas. Esta campaña que ahora termina estuvo marcada por la escasez del cefalópodo lo que provocó que se alcanzaran unos precios récord.
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